lunes, 5 de octubre de 2015

El Cabo de Buena Esperanza

Ruta hacia el Cabo de Buena Esperanza
Nuestro viaje esta llegando a su fin, pero todavía nos queda una visita que por lo menos a mi me hace mucha ilusión realizar, que es la visita al Cabo de Buena Esperanza. Es un cabo rocoso que se encuentra en Sudáfrica y está elevado sobre el nivel del mar. Contratamos una agencia en el mismo hotel donde nos alojamos para que nos lleve en una camioneta hacia el Cabo.
El viaje dura unas horas y vamos por la "Chapmans Peak drive", que es una ruta mundialmente conocida que pasa por "Hout Bay". Merece la pena hacer una visita a esta localidad que se encuentra cerca de Cape Town y esta situada en un impresionante valle rodeado de montañas en la Costa Atlántica y que limita con el Parque Nacional de Table Mountain. Tiene unos miradores impresionantes y espectaculares que son lugares perfectos para hacer unas bonitas fotografías. Desde uno de ellos, divisamos una gran montaña que tiene la forma de un rinoceronte blanco, esta localidad ha conservado su atractivo rural y es famosa por sus actividades marítimas y pesquera, siendo el lugar idóneo para tomar un almuerzo de pescado fresco y patatas fritas. Además ofrece una gran variedad de rutas para los amantes del senderismo y de la montaña, viendo a lo largo de todo el camino multitud de ciclistas y gente practicando deporte. Durante todo el trayecto contamos con la ayuda y la colaboración de un chofer muy agradable y profesional, que a lo largo del camino nos va haciendo al mismo tiempo de guía, y con el que acordamos que nos deje al pie del Faro de Buena Esperanza, para que luego nos recoja pasado unas horas en el Cape Point, y desde allí emprender el camino de regreso a Cape Town. Este famoso Faro se encuentra a unos 240 metros de altitud sobre el nivel del mar, y podrás visitarlo después de subir todo la colina, siendo accesible
Hout Bay en Chapmans Peak camino al Cabo de Buena Esperanza
para todo el mundo tanto a pie como en un funicular. Nosotros decidimos subir a pie para así poder disfrutar de un agradable paseo por un camino que se encuentra perfectamente conservado y disfrutar mas de la naturaleza, del entorno que nos rodea, y de las vistas maravillosas que se nos ofrecen desde los diversos acantilados que lo rodean. Todo esto para poder llegar hasta el punto donde esta el confín del Continente Africano. Mucha gente piensa que en este punto se unen el Océano Atlántico y el Océano Índico, pero es un error y esto no es así ya que el Cabo de Buena Esperanza no es el límite meridional del Continente Africano, correspondiéndole este titulo en realidad al Cabo de Agulhas, que se encuentra un poco más al sur.

         

La Reserva Natural del Cabo de Buena Esperanza ofrece unas amplias vistas al mar, rutas de senderismo y con naturaleza salvaje, es el centro de una región de gran riqueza de flora endémica siendo el más pequeño pero a su vez el más rico de los dominios biológicos de la flora del Continente Africano, con una notable representación de los arbustos llamados Fynbos. Es una agradable caminata en donde disfrutamos de unas vistas maravillosas y acantilados increíbles, en donde no desaprovechamos el momento para poder realizar unas estupendas fotografías. Hay rutas para hacer trekking en el parque que te llevara un par de horas, siguiendo las indicaciones que hay en el camino o través de un mapa, llegaras al Cabo de Buena Esperanza. La ruta es agradable y vemos playas espectaculares, en las cuales es peligroso bañarse debido al fuerte viento y a las olas que allí se producen pero no dejan de ser una maravilla.

Conforme vamos subiendo antes de llegar al Cape Point, vemos a unos singulares y simpáticos roedores, los Damanes. Aquí en Sudáfrica les dan el cariñoso nombre de "Dassie". Ya había tenido la ocasión y la gran suerte de ver a estos roedores en mi viaje a Kenia, y aunque parezcan un conejo de Indias pero en grande, actualmente se les considera como los parientes vivos más próximo a los elefantes, aunque su aspecto físico sea tan diferente, lo que llama la atención son los cuatro dedos en las patas delanteras (plantígrado) y sus plantas con almohadillas, a pesar de su tamaño (como una liebre). Los vemos comer tranquilamente a pesar de nuestra proximidad y sin inmutarse por lo que deben de estar bastante acostumbrados a la presencia humana. Mientras vamos subiendo también vemos las típicas agrupaciones de piedras conocidas como Cairn que se hacen en las rutas de montañas y en las cimas de las mismas, y que sirven como puntos de referencia, pero que aquí debido a la afluencia de la gente es un poco exagerada, pero no dudo ni en momento en aportar mi granito de arena, y cojo una piedra sumándome al ritual añadiendo una piedra más pequeña que la anterior y así contribuir a su mantenimiento y esperando que en el futuro me traiga suerte y pueda volver otra vez a este paraje tan espectacular. Antes de bajar al Cape Point me hago una fotografía en el punto más alto con solo el océano como fondo. 

 

Todos comentamos lo afortunados que somos por estar en este sitio ahora y como es posible que estando en unos de los puntos más meridionales y alejados del mundo, mañana emprendamos el camino de vuelta y en apenas 24 horas estemos de vuelta en Europa y en Madrid, volviendo otra vez a la rutina de la vida diaria, pero sin poder olvidar todas las experiencias maravillosas de este gran viaje que hemos tenido la suerte de poder realizar. Por fin comenzamos el descenso para llegar hasta el Cape Point y en donde definitivamente terminamos nuestra excursión. Nos sorprende la gran cantidad de gente que hay en ese punto y la gran cola que hay para hacerse con la ya famosa fotografía del lugar. Nosotros con gran paciencia esperamos nuestro turno y con decisión nos ponemos para retratar este momento único.

* Para la elaboración y desarrollo de este artículo se han tenido en cuenta los datos obtenidos a través de wikipedia, y las propias experiencias vividas durante el viaje.

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